El Sábado pasado hice mi primer Minisimulacro, el número 26 (no que el número sea demasiado importante o algo) en la Sede de Pamplona. Qué gozada! Estábamos super pocos en clase, mucho espacio, silencio… Pero bueno, dejando el tema atrezzo a parte, el minisimulacro…. desastroso. Jejeje (me río por no llorar). Bueno, pero ¿qué esperaba?
Sinceramente esperaba sacar más netas que las que saqué en mi MIR (ese gran misterio no desvelado, es como Voldemort, quiero decir, el-que-no-debe-ser-nombrado) pero tras 2 meses sin hacer nada y pasarme prácticamente 1 mes y medio fuera de casa viajando pues era de esperar. Justo hoy he salido a correr. No salía a correr desde antes del MIR, en uno de esos vídeos de motivación matutina bajo la fría y oscura mañana Asturiana. (Si eres nuevo por aquí, es el vídeo que dejo a continuación).
Total, que también desastroso. 4 míseros km. Bueno, pero también he estado más vago (deportísticamente hablando) que [insertar aquí algo que sea muy vago]. Es normal. No pasa nada. Es volver a empezar. Mis piernas, como mi cabeza y mis ánimos, tienen que volver a acostumbrarse a las horas sentado, a las horas corriendo, a los test, a la velocidad, a respirar constantemente para evitar el «flato».
Y no pasa nada. Lo importante es empezar. La pereza (como nos dijo un chico muy majete que corrigió el último simulacro) se vence poniéndose a trabajar. Si esperamos a Junio únicamente estaremos postponiendo la pereza y es algo que me dije que no iba a hacer. Es ahora cuando tenemos que poner el tren a funcionar. Así, una vez que lleguemos al intensivo sólo tendremos que meter más y más carbón para ir más y más rápido, porque ya estaremos completamente en la vía y en la dirección correcta.
Me voy a cenar algo, que estoy que me caigo del hambre.
Un abrazo. 🙂