Las cosas como son: me está costando un huevo ponerme y parte del otro!
Pero bueno, vayamos por partes (como decía Jack el Destripador). Esta semana debería haber iniciado con Preclinica, una asignatura realmente poco importante (en el 2019 ha caído 1/140 preguntas y en el 2018 0/140) pero que aún y así no hay que dejar de lado.
El lunes me puse a estudiar y llevaba mucho tiempo sin hacerlo, lo que se traduce en una montaña muy cuesta arriba. El martes estuve solucionando unos temas de casa por la mañana y para cuando me quise poner me tuve que ir a trabajar porque me tocaba turno de noche (salgo de casa a las 18:30 y llego al día siguiente sobre las 09:30). El miércoles fue llegar a casa y ponerme a dormir… y el jueves, pues nada, tampoco estudié.
Realmente no intento buscar excusas ni justificar mi falta de trabajo esta mañana, lo que intento hacer con este post (y con los que vendrán en el futuro) es hacer una bitácora de la preparación. Cruda y pura realidad. Tanto viernes como sábado trabajé todo el día (lo que se traduce que salgo de casa a las 06:40 y llego a las 21:30 aprox) y como fueron turnos muy cañeros fue llegar a casa y prácticamente irme a dormir. Tengo que encontrar el equilibrio y la fuerza para estudiar incluso cuando trabajo 12h.
Como novedad quiero empezar a compartiros una tabla de las horas que he estudiado cada día, la media y la sesión anterior. Así sin trampas ni falsos autoengaños veremos cómo va la evolución del estudio.
El domingo fui a una clase de gastroenterología de 8 horas, que fue muy útil aunque un poco larga!
Y no, aún no he hecho ningún simulacro, pero de esta semana no pasa 🙂