¿Sabes cuando eres pequeño y dentro de poco es tu cumpleaños, que lo esperas con mucha ilusión pero también con algo de miedo porque quieres tener una fiesta perfecta? Bueno, pues el MIR no es así. Sí que es algo que espero con mucha ilusión, pero intento no tenerle miedo.
Esto es algo en lo que llevo trabajando desde que empecé la preparación intensiva del MIR, allá por Julio con aterrizaje forzado incluido. Lo importante es una desmitificación progresiva del examen MIR. Sí, es difícil. Muchos días tienes ganas de tirar la toalla, pero al fin y al cabo es un examen. Un proceso más por el que todos los médicos que queremos especializarnos en España tenemos que pasar. Hay muchísima gente que ya lo ha pasado y mucha más gente que lo pasará.
Ya no falta nada para el MIR. Frase más oída y repetida últimamente por la gente que me rodea. Y, a pesar de que a priori (aunque ellos lo hagan con la mejor intención del mundo) podría provocar un rápido aumento de frecuencia cardíaca y que mis glándulas sudoríparas se pusieran a trabajar como si no hubiera un mañana, he aprendido a esperar, trabajando constantemente y con paciencia lo inevitable: que el 28 de Enero se decida mi futuro médico.
Algo clave ha sido redireccionar la ansiedad que me causaba el «no saber donde terminaré» por un, qué bien, «puedo terminar en cualquier sitio». Quizá tengo la suerte de no tener claro qué especialidad quiero hacer, quizá tengo la suerte de estar abierto a cualquier ciudad/especialidad/destino. O quizá yo he decidido crear esa misma suerte. Quizá, quizá, quizá.
Ayer (ya sabéis que me encanta sacar cosas en positivo de cualquier situación) escuchando la genial tutoría de nuestro profesor de Nefrourología que decía algo así como (con tu permiso repito la «parábola»):
– Se te acerca la muerte y te dice: «Hoy vas a tener un infarto, pero, en mi infinita benevolencia, te voy a dejar elegir entre dos horas: las 3 de la mañana y las 5 de la tarde».
– Yo elijo a las 5 de la tarde, que es cuando el Cardiólogo estará más despierto y activo.
Todo esto hacía reflexión a que ahora mismo no hay que quemarse, lo importante es descansar y hacerlo bien. De poco nos sirve dormir 4 horas al día y estudiar 600 páginas por hora si a la hora de la verdad vamos a estar tan fatigados que no vamos a ni entender lo que nos preguntan. No estudiar en exceso.
En fin, ya me he terminado el café y es hora de que vuelva a darle caña a esto. Os dejo y nos leemos por aquí.
Un abrazo 🙂