Ahora mismo estoy a unos cuantos miles metros de altura (volviendo de Italia a Logroño, donde he estado 3 días). El ruido ensordecedor de los motores y las nubes alrededor hacen de éste uno de mis sitios preferidos para pensar, leer y escribir. Me vine a Italia, además de porque quería celebrar mi cumpleaños (pasado 1 de Mayo) con mi novia, porque el cuerpo me pedía un poco de desconexión.

El otro día, viendo una tutoría específica para alumnos repetidores como yo, una de las cosas más interesantes que dijo fue la necesidad de saber parar. Los médicos tenemos un defecto que ser repite muchas veces, y es el gran grado de exigencia que tenemos hacia nosotros mismos. Una autoexigencia de niveles frecuentemente nocivos. Es por ello que es realmente necesario (y vital en la vida MIR) el saber bajar el pistón, frenar un poco para volver a la carga con más fuerza.

Yo hay una frase que alguien muy importante para mí me dijo hace mucho tiempo y que la podéis utilizar de forma gratuita «El cuerpo es muy sabio, sólo hay que saber escucharlo» . De ahí que en lo que más hincapié estoy haciendo en esta vuelta PRE MIR sea, además de fortalecer las asignaturas que llevo peor, fortalecer la mente y trabajar en el equilibrio emocional. Os cuento un secreto: estoy entrenando una mente fuerte resistente a bajadas de netas en simulacros. Os contaré en alguna entrada futura los pasos clave que estoy haciendo .

Y ahora, lo que me pide el cuerpo tras engullir un trozo de pizza y un bocadillo con mozzarella es echarme una siesta hasta que aterricemos.

No sin antes dar la bienvenida a toda la gente que estáis llegando por aquí, y animaros a que si tenéis algún truco para fortalecer la mente de cara al MIR, lo compartáis en los comentarios al final de esta entrada.

Un abrazo y nos leemos por aquí

P.S.: Quería publicar ésto una vez bajé del avión pero no pude. Fallos del directo! 😀