Personalizar las preferencias de consentimiento

Usamos cookies para ayudarle a navegar de manera eficiente y realizar ciertas funciones. Encontrará información detallada sobre cada una de las cookies bajo cada categoría de consentimiento a continuación.

Las cookies categorizadas como “Necesarias” se guardan en su navegador, ya que son esenciales para permitir las funcionalidades básicas del sitio web.... 

Siempre activas

Las cookies necesarias son cruciales para las funciones básicas del sitio web y el sitio web no funcionará de la forma prevista sin ellas. Estas cookies no almacenan ningún dato de identificación personal.

No hay cookies para mostrar.

Las cookies funcionales ayudan a realizar ciertas funcionalidades, como compartir el contenido del sitio web en plataformas de redes sociales, recopilar comentarios y otras características de terceros.

No hay cookies para mostrar.

Las cookies analíticas se utilizan para comprender cómo interactúan los visitantes con el sitio web. Estas cookies ayudan a proporcionar información sobre métricas el número de visitantes, el porcentaje de rebote, la fuente de tráfico, etc.

No hay cookies para mostrar.

Las cookies de rendimiento se utilizan para comprender y analizar los índices de rendimiento clave del sitio web, lo que ayuda a proporcionar una mejor experiencia de usuario para los visitantes.

No hay cookies para mostrar.

Las cookies publicitarias se utilizan para entregar a los visitantes anuncios personalizados basados ​​en las páginas que visitaron antes y analizar la efectividad de la campaña publicitaria.

No hay cookies para mostrar.

ESTÁS LEYENDO EL
DIARIO DE MEDTOTTERS

La aventura del Moho

Según podemos leer en wikipedia :«El moho es un hongo que se encuentra tanto al aire libre como en interiores…» ¡¡Y en tan interiores!!

Pero bueno, no nos precipitemos con los acontecimientos. Como decía Jack el Destripador, vamos por partes.

Hace un tiempo decidí llevar a cabo un plan que llevaba maquinando desde hacía meses: una cena internacional. Y el sitio indicado para ello fue mi casa. Estuve con mis amigos de diferentes nacionalidades (Lituania, Corea del Sur, Israel, Alemania, Suiza y España). Siéndote sincero, creo que fue una gran idea la verdad. Sobre todo por la inmensa cantidad de comida que sobró después. (Jajaja, comidaaa).

Y, es que fijaos cuánto sustento hubo para cenar:

HUEVOS FRITOS Y PATATAS FRITAS 

חומוס (HUMMUS)

EMPANADA DE ATÚN 

   ZWIEBELKUCHEN

ŠALTIBARŠČIAI

자장면 (JAJANGMYEON)

 

Y muchos platos más cuando sólo eramos 11 los asistentes al banquete. (Por lo que podéis ver sobró un montón de cena sabrosa).

Aunque inicialmente tuve que hacer un poco de tetris para que pudiese caber todo el exceso de comida en mi parte proporcional de la nevera, entró. (¡Vaya si lo hizo!)

Y yo, iluso de mí, que pensaba que todo iba a ser felicidad y comida… PERO NO. Tenía un contricante que luchaba por poseer mis bienes recién adquiridos. Y no, no hablo de mi compañero de piso, estoy hablando de…. EL MOHO. (¡Maldito seas!)

Empezó atacando la comida que no había entrado en los tupperware así que decidí acabar con esas reservas lo antes posible. Véase aquí el compañerismo de Enrique (@EnriqueGarTri) que me ayudó a terminar con las reservas. Para los que me conozcáis más de cerca, sabréis que tengo un buen saque, pero parece ser que en lo de comer el jodido mal bicho del moho me ganó.

Cuando ya pensaba que el malvado usurpador de comidas no podría atacar a mis manjares protegidos por el fuerte y rígido plástico del tupper me relajé. (¡¡Gran fallo!!) Y aquí es donde él, sin pensárselo ni un mísero minuto decidió contratacar.

Así que 2 semanas más tarde de tener patatas y arroz hervidos en diferentes tuppers, descubro que el Moho me ha ganado.

 

Así es como ha dejado la comida.

(Arroz al moho dorado)

 

(Arroz al moho rosa)

 

Pero, desde aquí, señor moho,  te digo una cosa que quiero que te quede bien clarita. Habrás ganado una batalla, pero no la guerra!!!

 

No obstante, debido a que la furia me ha cegado, he decidido deshacerme de todo el maldito roba-comidas. Y lo más maléfico me parecía quemarlo. Aunque pensándolo más detenidamente, eso iba a apestar de lo lindo. Así que mi segunda opción maquiavélica era arrojarlo a las fauces del inodoro. Y eso he hecho. Sin embargo, por lo que veo, hoy no debe ser mi día de suerte, ya que se ha atascado.

 

Y, ésto es lo que he tenido que hacer después.

 

Y por último, quiero dedicar esta oda (compuesta por mí) a la comida que ha perecido a manos del monstruo.

Oda a la comida

«Oh comida,

arroz y patata hervida, 

a quien el malvado moho ha arrebatado la vida,

aunque en ello, seguramente ha habido falta mía. 

Prometo reencontrarnos en otra estancia, 

te comeré y formarás parte de mi considerable panza, 

pero únicamente hasta que venza a la vagancia, 

de ir al váter y de que ocurra la magia.

Descansa en paz, donde quiera que estés, 

y ya sabes, que no te afecte el estrés, 

que si no perderás tu olor y sabor después, 

y no servirás ni para alimentar a la res»

Espero que te haya gustado mi pequeño relato.

Un abrazo.

PD.: ¡¡MUERTE AL MOHO!!

Piensa en un amigo a quien mandarle este artículo

HOLA, SOY
PAU MATEO

Soy un médico de profesión y blogger, fotógrafo y viajero por pasión.

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetuer adipiscing elit, sed diam nonummy nibh euismod tincidunt ut laoreet dolore magna aliquam erat volutpat. Ut wisi enim ad minim veniam, quis nostrud exerci

ARTÍCULOS RELACIONADOS

CUÉNTAME,
NO MUERDO