Ya está. Ya sabes que es el momento en el que tienes que empezar a buscarte la vida fuera de tu país. Fuera de España. El país que te ha visto nacer y crecer y en el que has vivido mil y una historias increíbles. Y que ahora mismo te da la espalda. Y piensas -¿Qué he hecho yo para merecer esto?- Vivir en la época equivocada.
Tú, joven y preparado, con ganas de trabajar, de aprender, de mejorar, de ver mundo, de caerte y de volver a levantar. Tú, que estás tan loco como para pensar que puedes cambiar las cosas, que crees que la unión hace la fuerza, que crees que saliendo a la calle, protestando, luchando por lo que crees (y es) que es justo harás de éste un país mejor.
Es hora de que salgas. Aventúrate. Pelea. Descubre. Piérdete y encuéntrate. No te quedes cual margarita a final de otoño marchitándote en un país en el que no te dejan florecer. Donde no te dan la oportunidad de revelar lo que realmente puedes llegar a brillar. Donde no te valoran lo suficiente. Donde gana más el premio nacional de tauromaquia que el europeo de física. Donde hay gente que puede publicar más libros de los que ha leído en su vida. Donde se penaliza más a la madre que utiliza dinero que no es suyo para sobrevivir que a quien roba millones que le sobran por doquier.
Rebélate. Rompe con lo establecido. Pon en duda todo lo que conoces. No dejes que nadie te pisotee, porque tú, joven y preparado, vales mucho más de lo que te han dicho.
Sí. Posiblemente al principio te asuste la idea de salir de casa. De sumergirte en una nueva cultura, de aprender un nuevo idioma, de sacarte tú las castañas del fuego. Pero, ¿no has oído nunca eso de que quien no arriesga no gana? Atrévete. Siempre tienes la posibilidad de volver. Salta al vacío. Conquístate. Encuentra lo mejor de tí y enséñalo al mundo.
Muéstranoslo a todos.