Debido a recientes eventos con el tema del Coronavirus (el hecho de que la OMS decía que era una gripe más y la gran mayoría, por no decir todos, los médicos y divulgadores científicos hicimos eco de la noticia) he notado una cierta reticencia a creerse o a confiar en la información que damos desde Diario de un MIR.
Una respuesta natural, desde mi punto de vista. Lo que siempre he intentado transmitir es un pensamiento crítico, pero claro, es evidente que si la evidencia de la enfermedad COVID 19 va cambiando cada día es lógico que una persona ya no sepa qué creer.
En el vídeo de hoy propongo una nueva metodología para saber en qué confiar, entender qué artículos (de los que seguiremos compartiendo, por ejemplo en la sección Vanguardia Galena) tienen más validez que otros.
Para las personas «no iniciadas» en el mundo médico, puede parecer que la opinión de un experto sea la verdad absoluta.
-Pero Pau, ¿cómo no voy a fiarme de este médico? Es una evidencia de fama mundial!
-Sí, pero no es su especialidad.
De ahí que haya decidido a partir de ahora hacer un código para que cada vez que hable de un tema científico podáis identificar rápidamente (bueno, podamos, mejor dicho) cómo de seguros estamos de la información que compartimos.
Y como siempre (o mejor dicho, y como desde ahora) compartiré las fuentes de donde saco la información (bueno, vamos a ser justos también, eso ya lo hacía) y algún proyecto interesante.
Y ahora quiero compartir con vosotros este pedazo de proyecto que conocí hace unos años. Se llama Students 4 best evidence (algo así como estudiantes para la mejor evidencia). Tenéis el link aquí.
Os aseguro que los siguientes posts estarán más llenos de contenido y más información. Si queréis saber más sobre los niveles de evidencia, aquí lo podéis ver.